Aquí, aunque no lo parezca, hay una necrópolis medieval. Foto: V.M. |
Si esperáis tumbas, cruces, muros o cualquier marca que os indique a simple vita la presencia de una necrópolis, San Miguel no es este lugar.
Esta zona, que está, como quien dice, a tiro de piedra del casco urbano de Piedrahita, se conoce con el nombre de este santo porque otrora se ubicaba en esa zona una ermita consagrada a él. Si habéis visto las anteriores publicaciones de este blog ya sabréis que estamos en un pueblo de ermitas.
A la derecha en esta foto se encuentra el manantial de San Miguel, que hace unos pocos años fue canalizado y convertido en un abrevadero para el ganado.
Hacia los años 60 del pasado siglo se acometieron unas obras en esa zona para hacer y mejorar los caminos y para canalizar agua para Salas. Al hacer las zanjas, ante la sorpresa de los presentes, comenzaron a salir restos humanos, lajas y restos constructivos. Nos encontraríamos ante una necrópolis plenomedieval o bajomedieval, que, en ese momento, se decidió volver a soterrar y proseguir con las obras, por lo que el daño causado en ella se desconoce.
A día de hoy no quedan vestigios a la vista. Bueno, queda uno que se localiza fácilmente si se sabe lo que se está buscando. Si os acercáis a conocer Piedrahita, os lo enseñaré.
San Miguel es un cementerio medieval que apareció por sorpresa y que está, espero que preservado, bajo tierra. Pero no es el cementerio más antiguo de Piedrahíta. Ese, os lo presentaré en otra publicación.
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